miércoles, 20 de mayo de 2009

Agassi: una historia de grandeza y humildad


El otro día un (gran) amigo me regaló una camiseta dedicada a uno de los deportistas a los que más aprecio. En ella, unos pocos datos resumían una carrera: 3 cortes de pelo, 2.537 pares de calcetines, 14.192 cordajes, 8 Grand Slam… Se trataba de Andre Agassi.
Andre es hijo de un emigrante iraní de origen armenio (su verdadero apellido es Agassian). Para todos los que nos gusta el tenis, Agassi fue un descubrimiento. A mí me impactó allá por 1987. En aquel tiempo en el que McEnroe ya no dominaba la era post-Borg, Iván Lendl era el indiscutible número uno del tenis mundial (sobre todo, tras la final de Roland Garros de 1984…). Sí, Wilander, Becker y Edberg le disputaban su cetro, pero Lendl imponía un estilo. El precioso revés a una mano, la derecha contundente, las muñequeras largas, la raqueta Adidas, el polo de rombos, sus caprichosas pero oportunas pestañas… Sin embargo, aquel hombre impasible no conectaba con el gran público (al menos no conmigo). Y los demás, tampoco. McEnroe resultaba antipático, Edberg, era elegante pero soso, algo así como Wilander, y Becker… pues, no sé. Connors, cuyo encanto resistía desde los tiempos de Borg, ya estaba en franca retirada. Cash lo tenía casi todo, pero era inconstante. Un día como cualquier otro, apareció Agassi. La melena, la ropa, la actitud, las mujeres que le rodeaban… La derecha perfecta, el resto fulgurante, el revés a dos manos, la no-volea… Todo tenía su gracia. Y además, ganaba. Todos le imitamos (en lo que pudimos).
Agassi número uno de la ATP, ganó todos los grand slam (el último tenista hasta hoy en conseguir esta marca) hasta sumar ocho títulos y llegó a siete finales más. Fue campeón olímpico en Atlanta (ganando a aquel Sergi Bruguera tan extraordinario en tres sets), conquistó 17 master series y otros 33 títulos ATP.
Todo le iba bien a Andre hasta 1997, año en el que una lesión de muñeca le llevó al puesto 141 del ranking (en la actualidad los jugadores que sufren lesiones conservan su ranking durante la convalecencia). Y tuvo que volver a empezar. De cero. Jugando Challengers (competiciones de menor presupuesto que los torneos ATP) y solicitando invitaciones para los torneos. Arañando puestos. Llamando a muchas puertas. Añadiendo la humildad a sus virtudes.
Y el caso es que entonces, quizá porque yo mismo había madurado, su figura me pareció aún más relevante. Continuó jugando hasta 2006, ganando desde su lesión más de 35 torneos, entre ellos, 5 grand slam.
Para muchos es difícil volver a empezar. Sin embargo, la determinación en los objetivos es una guía de incalculable valor. En estos tiempos en los que la volatilidad de la economía supone una tendencia, son multitud las organizaciones que se enfrentan a cambios dramáticos. En algunas, los procesos de downsizing exigen una redistribución de funciones que eliminan privilegios de sus empleados. En otras, el necesario reposicionamiento obliga a los directivos a lanzarse a la calle en busca de nuevos clientes y modelos de negocio… y quizá estos sean los casos menos dolorosos.
En un mundo donde la humildad suele ser considerada un signo de debilidad, es posible que muchos deban replantearse ahora su posición al respecto. Pero, sobre todo, no olvidarse de su importancia cuando la tendencia cambie. Puede que esta fuera la verdadera lección para Agassi.

10 comentarios:

Pedja dijo...

A mi me podía la elegancia de Lendl pero salvo ese pequeño detalle el post me ha parecido muy bueno, y la humildad un valor esencial, enhorabuena, un saludo¡¡

FAH dijo...

Gran post, ricardo. Enhorabuena. Me ha gustado mucho. He muchas ocasiones he preguntado a diferentes personalidades de relevancia qué es lo que más le ha sorprendido del ser humano a lo largo de su experiencia. En muchas ocasiones me han respondido: su capacidad de recomenzar. La vida da palos, a veces muy duros, pero el ser humano tiene una capacidad casi ilimitada de estirar las fronteras del dolor y reponerse de adversidades a veces muy difíciles. Un abrazo.

Adrián dijo...

Gran post y gran blog. En mi caso, no disfruté de Agassi hasta la etapa post-ruptura sentimental con Brooke Shields, pero fue a partir de aquel Roland Garros del 99 que le enfrentó a Medvedev (otro que regresaba de los "infiernos") cuando volvió a resurgir con fuerza. El hecho de ganar en todas las superficies y volver al más alto nivel tras su lesión jugando torneos menores deja patente su determinación y humildad. Saludos.

Lolo Sainz dijo...

Sin duda la humildad es una ciualidad imprescindible para poder se un líder. Desde los pedestales no se puede conectar con la gente.

Unknown dijo...

Ya lo decía rudyard Kiplig "Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría tus ganancias de siempre a la suerte de un día y pierdes... y te lanzas de nuevo a la pelea sin decir nada a nadie de lo que es y de lo que era... Serás hombre hijo mío"

A mi me han educado así, y en este proyecto tan divertido tengo dos graneds referencias en este sentido: José Ignacio y Lolo. Dos grandes líderes, con una gran sencillez y una gran humildad, capaces de emprender con ilusión nuevos viajes sin mirar atrás.

Alberto dijo...

Yo he participado como alumno en una taller de los que Lolo hace con Tatum mezclando baloncesto y empresa. Yo seguía a Lolo en su etapa deportiva y me parecía un profesional genial, pero despues de conocerle en persona me he enamorado de él (en el buen sentido no te vayas a pensar mal... ;-) En una persona sencilla, cercana y humilde, con un gran carisma y que te hace sentirte importante aunque seas, como yo, un negado en la cancha.

¡Un ejemplo impresionante de lo que comentas Ricardo!

FAH dijo...

Muy bueno el "If" de Kipling, sin dudas: "Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría tus ganancias de siempre a la suerte de un día y pierdes... y te lanzas de nuevo a la pelea sin decir nada a nadie de lo que es y de lo que era... Serás hombre hijo mío". abrazo.

Lolo Sainz dijo...

Alberto,

Muchísimas gracias por tus palabras. Me llena de orgullo por no defraudar tus expectativas y por volver a comprobar que el programa de Alto Rendimiento que desarrollo con Tatum es útil y consiga sus objetivos.

Un abrazo fuerte

Álvaro dijo...

Estoy de acuerdo con Adrian, acabo de descubrir este blog gracias al Observatorio de la Blogosfera de RRHH (www.tatum.es/blogosferarrhh) y me parece un post magnífico y un blog excelente.

¡Enhorabuena a todos los autores!

Ricardo Colomo-Palacios dijo...

Gracias a todos por los comentarios... Y a Adrián, en especial. Medvedev fue también uno de mis tenistas favoritos, y sí, también era "un resucitado" en 1999 (igual es por su falta de pelo). Un ídolo en Hamburgo (como nuestro Joan Aguilera, otro resucitado más...). En fin, que creo que habrá que hacer más posts de tenis.

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